Hipertensión Pulmonar y Apnea del Sueño

Hipertensión Pulmonar y Apnea del Sueño

La apnea del sueño es un trastorno grave en el cual la respiración se interrumpe de forma repetida el tiempo suficiente para perturbar el sueño; dicha interrupción suele provocar un descenso en los niveles de oxígeno y un aumento de los niveles de dióxido de carbono en la sangre. Estas interrupciones pueden durar desde unos pocos segundos a minutos y pueden ocurrir más de 30 veces por hora.
Los signos y síntomas más comunes de la apnea del sueño son ronquidos fuertes, breves episodios de interrupción de la respiración notados por un compañero de cama, despertarse repentinamente con ahogo o resoplido, despertarse con la boca seca o dolor de garganta, dolor de cabeza matutino, somnolencia diurna excesiva y sensación de cansancio durante el día.
La apnea del sueño aumenta el riesgo de ciertos trastornos médicos y de muerte prematura. Aunque el diagnóstico de la apnea del sueño se basa, en parte, en la valoración médica de los síntomas, los médicos suelen utilizar la polisomnografía para confirmar el diagnóstico y determinar la gravedad del trastorno.
Para tratar la apnea del sueño se utilizan equipos que ayudan a mantener una presión positiva continua en la vía respiratoria, prótesis bucales colocadas por dentistas y, en algunos casos, también cirugía.
La apnea del sueño es un problema muy frecuente. En todo el mundo se ven afectadas más de mil millones de personas

Los principales tipos de apnea del sueño son los siguientes:

Apnea obstructiva del sueño
La apnea obstructiva del sueño, el tipo más frecuente de apnea del sueño se produce por cierres repetidos de la garganta o de la vía aérea superior durante el sueño. La vía aérea superior está constituida por el conducto que va desde la boca y los orificios nasales hacia la garganta y en línea descendente a la laringe; estas estructuras pueden cambiar de posición cuando una persona respira. Lo cierto es que la persona no logra obtener el aire suficiente pudiendo reducirse el nivel de oxígeno en sangre. El cerebro percibe que no puede respirar y despierta a la persona durante un tiempo breve para que pueda volver a abrir las vías respiratorias sin que lo recuerde posteriormente.

Este tipo de apnea afecta la salud y el bienestar de aproximadamente el 8 al 16% de los adultos. La apnea obstructiva del sueño es más frecuente en personas obesas.

Los médicos diagnostican la apnea obstructiva del sueño cuando ocurre lo siguiente:

• La respiración se interrumpe durante el sueño
• Se producen 5 o más interrupciones respiratorias por hora
• Cada interrupción dura más de 10 segundos

La probabilidad de sufrir apnea obstructiva del sueño aumenta a causa de muchos factores de riesgo. La obesidad, tal vez en combinación con el envejecimiento y otros factores, conduce a un estrechamiento de la vía aérea superior. El consumo excesivo de alcohol y el uso de sedantes empeora la apnea obstructiva del sueño. Tener la garganta estrecha, el cuello grueso y la cabeza redondeada (rasgos que tienden a ser similares en miembros de una misma familia), aumenta el riesgo de padecer apnea del sueño. Los niveles bajos de hormona tiroidea (hipotiroidismo), el hecho de sufrir enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) o angina por la noche, o el crecimiento desmesurado y anormal debido a una producción excesiva de hormona del crecimiento (acromegalia) contribuyen a este tipo de apnea. en algunas ocasiones, un accidente cerebrovascular también puede causar apnea
obstructiva del sueño.
La apnea del sueño tiende a ser hereditaria, por lo que puede existir un riesgo genético.

Apnea central del sueño:
Este tipo menos frecuente de apnea del sueño ocurre cuando el cerebro deja de enviar señales a los músculos respiratorios. Esto significa que no se hace ningún esfuerzo para respirar durante un período breve. Es posible que la persona se despierte con falta de aire o que le cueste conciliar el sueño o permanecer dormida.
Algunas personas presentan una combinación de apnea obstructiva y central del sueño.
Normalmente, el tronco del encéfalo es muy sensible a los cambios en la concentración sanguínea de dióxido de carbono (un subproducto de las reacciones químicas normales del organismo). Cuando los niveles de dióxido de carbono son elevados, el tronco del encéfalo envía señales a los músculos respiratorios para respirar más profundamente y con mayor rapidez con objeto de eliminar el dióxido de carbono a través de la espiración, y viceversa. En la apnea central del sueño, el tronco del encéfalo no responde adecuadamente a los cambios en la concentración de dióxido de carbono. Como consecuencia, durante el sueño, las personas que sufren apnea central del sueño pueden presentar pausas en la respiración o respirar menos profundamente y más lentamente de lo normal.
Hay muchas razones por las que el tronco del encéfalo puede no enviar señales respiratorias adecuadas. Por ejemplo, un accidente cerebrovascular, una infección encefálica (encefalitis) o un defecto congénito del encéfalo pueden afectar el tronco del encéfalo. Los opiáceos administrados para el alivio del dolor y una serie de fármacos de otro tipo pueden causar apnea central del sueño. Estar a gran altitud también la puede causar. La apnea central del sueño puede presentarse en personas con insuficiencia cardíaca. Un tumor cerebral es otra de las causas, aunque muy infrecuente. A diferencia de la apnea obstructiva del sueño, la apnea central del sueño no está causada por la obesidad.

Algunas de las complicaciones de la apnea del sueño son las siguientes:
Fatiga durante el día. El despertar repetido vinculado a la apnea del sueño imposibilita un sueño normal y reparador, lo que aumenta la somnolencia, la fatiga y la irritabilidad diurnas graves. Es posible que se tenga problemas para la concentración o que la persona se duerma en el trabajo, mientras mira la televisión o incluso mientras se conduce.
Problemas hepáticos. Las personas con apnea del sueño tienen más posibilidades de obtener resultados anormales en los análisis de la función hepática y sus hígados son más propensos a mostrar señales de cicatrices, lo que se conoce como enfermedad del hígado graso no alcohólica.
Diabetes tipo 2. La apnea del sueño aumenta el riesgo de desarrollar resistencia a la insulina y diabetes tipo 2.
Síndrome metabólico. Este trastorno, que provoca hipertensión arterial, niveles anormales de colesterol, glucosa sanguínea elevada y un aumento de la circunferencia de la cintura, está relacionado con un mayor riesgo de enfermedades cardíacas.

Hipertensión arterial o problemas cardíacos. Los descensos repentinos de los niveles de oxígeno en la sangre causados por la apnea del sueño aumentan la presión arterial (hipertensión arterial) y sobrecargan el sistema cardiovascular.

La apnea del sueño también puede aumentar el riesgo de ataques cardíacos recurrentes, accidentes cerebrovasculares y latidos cardíacos irregulares, como fibrilación auricular. Si hay una enfermedad cardíaca subyacente, estos múltiples eventos reiterados de niveles bajos de oxígeno, conocidos como hipoxia o hipoxemia, empeoran el pronóstico La presión pulmonar suele empeorar durante el sueño; por lo tanto, la HP de leve a moderada es una complicación común de la apnea del sueño. La HP asociada con la apnea del sueño suele ser de leve a moderada y, a menudo, el tratamiento eficaz de la apnea del sueño es con la indicación del CPAP que puede ayudar significativamente a mejorar las presiones pulmonares. La CPAP (presión positiva continua en la vía respiratoria) es una máquina que usa presión de aire leve para mantener las vías respiratorias abiertas al dormir. Una vez que el médico y el paciente han establecido un enfoque médico y un plan de tratamiento efectivos, muchos pacientes muestran una mejora significativa.

 

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